A lo largo de la historia hemos visto cómo los avances tecnológicos cambiaron los estándares de la industria y modificaron los diferentes modelos de negocio. Estos avances tecnológicos evolucionan cada vez a mayor velocidad provocando cambios más rápidos. Especialmente estos últimos años, en los que la tecnología ha ido ganando protagonismo por su notable incremento de implantación en la mayor parte de las empresas.
Este desarrollo tecnológico sigue una etapa de difusión y otra de adopción, lo que define dos posibles situaciones: la coexistencia de diferentes tecnologías, es decir, que las tecnologías antiguas no se vean superadas por las nuevas sino que se complementan. En la otra cara, tenemos la posibilidad de la disrupción tecnológica, cuando la nueva genera un nuevo mercado que deja a un lado la tecnología antigua. De este último caso hablaremos en este artículo.
¿Qué son las tecnologías disruptivas?
Hablamos de tecnologías disruptivas cuando nos referimos a cualquier solución tecnológica que genere un impacto o cambie por completo procesos. Estas nuevas tecnologías se caracterizan por su capacidad de evolucionar a gran velocidad y la adaptación a diferentes sectores, creando nuevos modelos de negocio. La base de las tecnologías disruptivas es la innovación, además, deja obsoleta la tecnología anterior, lo que a veces provoca cambios profundos en el modo de vida de las personas. Aunque normalmente asociamos este término con productos electrónicos, se refiere también a cambios y avances en procesos y servicios como, por ejemplo, la compra online.
Aunque en la actualidad es un término más presente, lo cierto es que las tecnologías disruptivas han marcado la historia con grandes avances que cambiaron nuestro modo de trabajar y de vida por completo, así como el mercado, sus características y procesos. Este es el caso, por ejemplo, de la imprenta, creada para distribuir textos de forma más rápida y que fue una revolución no solo a la hora de copiarlos, sino también de distribuirlos. Otras tecnologías disruptivas muy conocidas y que se acercan más a nuestros tiempos son el ordenador e internet, son dos tecnologías que sin duda trajeron algunos de los cambios más notables de nuestra historia.
Estos avances combinados entre sí dan lugar a herramientas muy sofisticadas, es el caso de la inteligencia artificial, una tecnología importante por sí misma, pero que combinada con el GPS o el BIG Data puede dar lugar a algunas de las tecnologías actuales más poderosas.
En la actualidad podemos encontrar algunos ejemplos de tecnologías disruptivas, que probablemente cambien o están cambiando ya nuestros hábitos:
Impresoras 3D: Este tipo de impresoras son cada vez más alcanzables para cualquier empresa. Con ellas se puede imprimir casi en cualquier tipo de material, pero además, supone un gran avance en el ámbito de la salud, con la posibilidad de imprimir prótesis por ejemplo o la bioimpresión, permitiendo la impresión de tejidos en 3D.
Blockchain: Es una base de datos compartida online de operaciones y transacciones. Sus registros están encriptados y permite llevar todos los procesos contables de la empresa de forma eficiente e impide cualquier alteración de los datos.
Robótica: La robótica es uno de los cambios más notables de los últimos años. Muchos procesos se han automatizado y robotizado en empresas, pero también se han introducido en nuestros hogares y en la vida cotidiana.
Inteligencia artificial: La inteligencia artificial ha simulado la forma de hacer gestiones complejas o asumir situaciones de los seres humanos. Esto ha producido grandes transformaciones en la industria.
Big data: Permite gestionar datos masivos y optimizar los servicios para su análisis y posterior utilización en áreas concretas de la empresa. El Big Data permite además crear patrones de comportamiento y actúa cuando las herramientas convencionales se quedan cortas.
En definitiva, son muchas las tecnologías disruptivas que en un futuro próximo van a cambiar la realidad que hoy en día conocemos. No solo por el impacto que tiene su implantación en las empresas, como la reducción de coste en los procesos, la mejora de la realización de tareas y la mejora del servicio cliente, sino también en los procesos más comunes de nuestra vida cotidiana.